Consejos prácticos para viajar con niños a Egipto
Egipto es un destino al que puedes viajar sin ningún problema con niños. Es más, les encantará sentirse como auténticos Indiana Jones adentrándose en pirámides y descubriendo misteriosas tumbas. Si tienes dudas sigue leyendo y te indicaremos algunos consejos para hacerlo de forma segura.
Si te has planteado ir a Egipto con tus hijos y se lo has comentado a alguien seguro que te habrás encontrado con caras de sorpresa o hasta estupor, con recelos y puede que alguna otra crítica. Egipto es un país musulmán donde hace calor, hay mosquitos y hay muchísimas cosas por visitar, pero no por ello es imposible de visitar con niños. Simplemente debes tener en cuenta algunos factores antes y durante el viaje.
Mi primer consejo es involucrar al niñ@ en el viaje. Explícale antes de partir a donde vais, qué vais a hacer, por qué queréis hacerlo, pregúntale qué le gustaría hacer, hazlo cómplice de las aventuras de los adultos, así sentirá que el viaje también es para él/ella. Un buen recurso son los libros. Visita la biblioteca y consulta libros sobre el país de los faraones: los jeroglíficos, sus dioses y Tutankhamon suelen ser apuesta segura. Podéis ver alguna película juntos tipo Tadeo Jones (para los más peques) o la saga de La Momia (para los más mayores). Además de pasar un rato agradable en familia servirá para, una vez en tierra de faraones, comprobar si las películas se ajustan a la realidad o si son más ficción. ¡El debate está asegurado!
Salud
Como padres, una de las cosas que más nos preocupa es la salud de nuestros hijos. Si optas por un viaje organizado ya tendrás el seguro de viaje incluido, si viajas por libre no olvides contratarlo con una de las muchas compañías disponibles. Es una de esas cosas que prefieres no necesitar nunca, pero que son necesarias por si surgiera cualquier problema.
Viajando con niños tus mejores aliados siempre serán la prudencia y el sentido común. Guíate por ellos.
Diarrea
He viajado a Egipto en muchas ocasiones y cuando no lo he sufrido yo en mis propias carnes, ha sido alguien de mi entorno quien ha sucumbido a la llamada ‘maldición de los faraones’, la conocida diarrea del viajero. Las bacterias presentes en el agua egipcia provocan molestos movimientos en nuestros intestinos. Aunque no es lo habitual, conozco gente que ha llegado a perderse excursiones y encontrarse realmente mal. Era algo que me preocupaba sobremanera con mi hija. La primera vez que viajó a Egipto aún no tenía los 2 años, la segunda casi 3. Los antiadiarreicos que tomamos los adultos en estos casos (tipo Fortasec) no son aptos para niños tan pequeños. Tras consultar con mi pediatra y mi farmaceútica opté por prevenir con probióticos. Antes de viajar comencé a darle probióticos que fortalecieran su flora intestinal, y lo mismo durante la estancia allí. Ella ni lo notó, son unos polvitos que, diluidos en el zumo o la leche que no dejan ningún sabor. Con eso y mucha prudencia, debo decir que no tuvo ningún problema. La maldición de los faraones no cayó sobre ella. Antes de suministrar cualquier medicamento te aconsejo que consultes con tu pediatra.
No olvides beber siempre agua embotellada. Es barata y está disponible en todas partes. Bebe con frecuencia, pero evita los grandes contrastes de temperatura. Para evitar correr riesgos, es recomendable lavarse los dientes con agua embotellada.
Lávate las manos con frecuencia, especialmente antes de las comidas. Los geles hidroalcohólicos son muy útiles.
Evita ingerir alimentos crudos.
Sol
Lleva protección solar: gorro, pañuelo, gafas y crema. Los antiguos egipcios adoraban al sol, su dios Ra, y Ra les devuelve su devoción con creces. El sol pega muy fuerte en Egipto, evita las horas de máxima exposición, busca la sombra y no escatimes en crema protectora (para los niños protección SPF50+). Para los ratos de piscina las camisetas anti-UV son una buena opción.
Pese a las altas temperaturas, y aunque resulte extraño, la mejor protección contra el sol es ir bien cubierto y dejar poca piel expuesta.
No menosprecies a Ra, no querrás llevarte a casa quemaduras solares ni una insolación como souvenir. No olvides también llevar una crema after-sun por si acaso.
Mosquitos
Según la época del año en que viajes, o especialmente si vas a hacer un crucero por el Nilo, es muy probable que te visiten los mosquitos. Nada que un repelente de insectos no solucione. Además de los de formato spray existen pulseras, tobilleras, pegatinas y llaveros de ultrasonidos que te harán menos atractivo para los mosquitos egipcios.
Si todo lo anterior no fuera suficiente y tu sangre es un manjar para los mosquitos, incorpora a tu botiquín un antihistamínico.
Lleva de casa los medicamentos que creas que vas a necesitar. Puede que no siempre te resulte fácil encontrar una farmacia.
Otros
Si tu hij@ es muy movido y de los que siempre va lleno de hematomas por pequeñas caídas y golpes, te recomiendo llevar tiritas, antiséptico y alguna crema antiinflamatoria (el gel de árnica se vende en stick, roll-on o crema). Aunque supongo que ya lo llevarás normalmente en tu día a día.
Comidas
Egipto es un país con una rica y variada gastronomía, pero puede que no del agrado de todos los paladares, sobretodo de los más pequeños. Si vas en un viaje organizado, no sufras, en el crucero y los hoteles siempre encontrarás buffet de comida internacional: arroz, pollo, patatas, pasta, pescado, fruta, yogures… de todo lo que sueles comer en casa. Si se animan a probar alguna especialidad local, ten cuidado con las especias, no son del agrado de todos. Los zumos de frutas naturales son una delicia, anímate a probarlos -además de bueno, el zumo de limón con azúcar, ayuda a prevenir el mal de los faraones-. Si viajas por tu cuenta comprobarás que no es difícil encontrar cadenas internacionales de restauración en las grandes ciudades. Si no encuentras nada del agrado de tu peque, habla con el personal de cocina, seguro que estarán dispuestos a ayudaros.
Te recomiendo que siempre lleves algún tentempié y agua para los niños contigo. En los lugares arqueológicos no siempre es fácil encontrar un puesto de venta de comestibles. Alguna pieza de fruta, unas galletas, un sandwich o un zumo saciarán su hambre y les dará energía para continuar.
Carrito, sillita de coche y portabebés
Si tu hij@ es bebé o muy pequeño, es posible que se canse andando, o te canses tú de tener que portarlo. Aunque es posible viajar con carrito de bebé, Egipto no es el destino más apropiado para ello. En los aeropuertos, grandes ciudades y museos sí son muy útiles, pero en las zonas arqueológicas no lo son tanto. Puedes llevarlo, cada vez hay más zonas accesibles, pero debes tener en cuenta que habrá lugares donde deberás dejarlo fuera o cargarlo por las zonas pedregosas y con escaleras. En cambio, sí es muy útil si tu pequeñ@ se hace una siesta, le proporcionará un rincón tranquilo, resguardado y con sombra. Te recomiendo que si vas a viajar con carrito de bebé sea con uno plegable y ligero.
Si optas por ir ligero de equipaje y no llevar el carrito, no olvides el portabebés, es muy cómodo para cargar a tu hij@ cuando esté cansado o para evitar que se pare a cada paso si no lo deseas.
Si vais a alquilar un coche o coger un taxi, no esperes una sillita de coche o alzador. No lo encontrarás. Si la quieres, deberás llevarla tú. Si optas por dejarte llevar y actuar como hacen los locales, es muy probable que tu pequeñ@ acabe en el regazo del conductor o conduciendo un trenecito turístico.
Tipo de viaje
El tema económico suele ser un factor determinante a la hora de viajar para todos. Los viajes convencionales a Egipto son una maratón de visitas y madrugones para evitar las horas de más calor. Tratándose de un viaje a Egipto con niños mi consejo es que no hagas el típico viaje de 3/4 noches de crucero + 3 noches en Cairo (a menos que estemos hablando de niños mayores de 12-14 años). Huye de ese viaje, el ritmo es duro de seguir hasta para los adultos. Te recomiendo que añadas más días y busques un viaje con crucero de 7 noches + 2/3 noches en Cairo. Las visitas durante el crucero son las mismas, pero eso te permite visitar las cosas a otro ritmo y disfrutar de más tiempo libre.
Si el tiempo y el dinero no son un problema intenta añadir alguna noche extra en Luxor, ¡hay muchísimo que visitar y muchas cosas que hacer!, otro crucero por el lago Nasser o siempre puedes acabar tu viaje con una estancia en un resort en Hurgada o Sharm el-Sheik en el Mar Rojo.
A los egipcios les encantan los niños y les sorprende mucho ver a niños pequeños occidentales en su país. Les llama la atención su pelo liso, su piel tan blanca, la forma de vestir… es normal. Es muy probable que te pidan hacerse fotos con tu hij@, incluso que le ofrezcan algún detalle. Aprovecha estos momentos para hablar a tu hij@ de la diversidad cultural y racial y de la igualdad. Si no quieres que hagan fotos a tu hij@ declina la oferta amablemente. Para mi hija, algunos de los mejores momentos de sus viajes a Egipto han sido los improvisados partidos de futbol en la explanada de una mezquita o una plaza con familias egipcias y los paseos y juegos con otros niños pese al impedimento del idioma. No olvidemos que los niños son niños y el juego su lenguaje universal.
No hace falta que tu hij@ se aprenda los tres milenios de historia egipcia. Explícale las cosas de forma sencilla, que pueda entender lo que está viendo. Si vais con guía aprovecha para que sacie su curiosidad con preguntas. Lo más importante es que aprenda a apreciar y respetar todas las culturas y gentes por muy diferentes que sean a nosotros. La diversidad nos hace grandes, nos hace ricos. Por norma general, el antiguo Egipto es un tema que apasiona a todos, niños y grandes, así que estarán encantados conocer esa fantástica civilización.